El día de la marmota o “hacerse un Mañueco”
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- Publicado o Martes, 16 Xaneiro 2024 19:43
Xoán Hermida
Es verdad que el PP en Galicia representa un espacio social y electoral más amplio que el del PP en España. Las mayorías de Díaz Ayuso y Juan Manuel Moreno, aun apuntando en esa dirección, están por consolidar a nivel estructural.
En Galicia, la derecha autonomista ha sido el campamento base de la derecha española (una especie de CSU bávaro como le gustaba reafirmar a Manuel Fraga).
Es verdad, igualmente, que, aunque esa hegemonía se deba a innumerables razones que tienen que ver con la singularidad política de Galicia no es menos cierto que el PPdeG lleva años acertando y la oposición años errando.
Entre los múltiples errores de los dos partidos que vertebrarían la alternativa (vamos a dar el espejismo de En Marea por finiquitado) están la falta de proyecto que para Galicia tienen tanto el PSOE como el BNG. El primero por defecto y el segundo por exceso.
El PSOE nunca asentó un proyecto pensado y dirigido desde Galicia, siempre más preocupado por los intereses del partido en Ferraz y ocupado con mini proyectos localistas, en pugna permanente.
El BNG es un partido nacionalista en su formateo, pero su ADN es el de un partido de izquierda populista siempre mirando de reojo lo que hacían sus colegas vascos, antes, y lo que hacen sus colegas catalanes, en la actualidad. Hasta el punto que entre el ADN y la mirada extraviada se les hace imposible definir una estrategia pensada para la mayoría social de los gallegos y las gallegas. Por otra parte, su influencia en la política española lo dice todo. No se puede estar cinco años y dos legislaturas vendiendo el gran éxito de la rebaja de la AP9 - aun no acreditada empíricamente en la actual dimensión - con ese diputado estrafalario que lo mismo apoya la invasión de Ucrania por Rusia que se ausenta de un debate importantísimo en comisión donde se juegan los intereses de los gallegos.
Así que todo parece apuntar que el PP volverá a revalidar la Xunta de Galicia por amplísima mayoría como lo ha venido haciendo durante toda la etapa democrática, a excepción del tripartito PSOE-CG-PNG (1987-1990), tras una moción de censura con tránsfugas, o del bipartito PSOE-BNG (2005-2009), tras una foto finish decidida con el fraguismo en fase terminal y aupada por el No a la guerra y el Nunca Máis.
La complicación puede surgir cuando los intereses de Génova 13 se cruzan con los intereses periféricos, y ahí entra, aunque en este caso con todas las reservas por lo que significa Galicia para el PP, el “efecto Mañueco”.
¿Recuerdan ustedes que en su día se convocaron unas elecciones anticipadas en Castilla y León para mayor gloria de aquel intrépido dirigente que desconocía la realidad española más allá del barrio de Salamanca?
Aquellas elecciones podían haber esperado, pero Pablo Casado y su “dream team” tenían ganas de un triunfo propio (los de Ayuso y Moreno no estaban en su haber).
El anticipo electoral y los “genios” de Génova 13 hicieron el resto. No importa nada que tu competidor estuviera en caída libre y asistiéramos a un cambio de ciclo político, si dedicas la campaña electoral a polemizar con el ministro de consumo con photocall de vacas incluido, mientras la operación "España vaciada" (¿se acuerdan?) te come una parte del electorado urbano y Vox el resto.
Esta vez, el PPdeG podría haber esperado a las elecciones europeas para hacer coincidir las autonómicas con el voto de protesta contra el Gobierno Central, pero parece que otra vez alguien debió tener prisa.
Y por el medio la nefasta gestión de la "crisis de los pellets".
Obviamente nada comparable a la crisis del Prestige, pero sí de aquella la crítica a la gestión de la misma recayó sobre el ministerio que dirigía Álvarez Cascos, hoy Oscar Puentes se va de rositas por la defensiva actuación de la Xunta de Galicia sobre este tema.
Queda un mes para la jornada electoral y saldremos de dudas si las elecciones las ganan los que por múltiples razones las tienen ganadas de antemano o si Alfonso Rueda se “hace un Mañueco”.
El resultado de las autonómicas gallegas depende única y exclusivamente de que el PPdG haga lo que mejor sabe hacer: centrar su discurso, apelar a una mayoría transversal, y galleguizar la campaña; para que así, la oposición, - no les quepa ninguna duda -, haga lo que mejor sabe hacer: equivocarse, una vez más, y echarle la culpa a los gallegos y gallegas.
Todo apunta a que viviremos, una vez más, el día de la marmota de Punxsutawney, popularizada por la comedia Groundhog Day, lo que en Galicia conocemos como el día de la candelaria.
Aunque siempre es posible asistir a un suicidio político en directo. Y ya llevamos unos cuantos en los últimos años.