¿Sahara libre?

En 1946 con dos millones de dólares, empleados una buena parte en sobornos a políticos y funcionarios, el mafioso Benjamin Siegel ‘Bugsy’, inauguró en pleno desierto de Nevada un oasis y el primer casino de lo que hoy es la mayor ciudad del juego del mundo, Las Vegas.

En cinco décadas los dirigentes del Frente Polisario -y el gobierno argelino- han convertido en nada los cientos de millones de euros -cantidad difícil de cuantificar- que en forma de ayuda humanitaria la Cooperación Española y otros organismos de ayuda al desarrollo europeo han donado para atender las necesidades de la parte de la población saharaui refugiada en el desierto argelino, en Tinduf.

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Cuánto tiempo seguirá la izquierda aplazando la solución a sus problemas

Podría escribir decenas de artículos al mes, pero en algún momento me desmotivo y no cumplo ni con mis mínimos compromisos.

Entre los motivos de mi desmotivación está que me canso de dar malas noticias para los que imagino como mis camaradas. Podría escribir sobre hipótesis, que luego no se confirmen. Nadie me lo reprocharía. La prensa está llena de ellas. Contentaría a los que aún me tienen por un buen "izquierdista"; pero hace tiempo que no le veo motivación a hacer apología de una izquierda que no actualiza sus programas, no atiende sus obligaciones y no cuida a sus electores.

Así que toca escribir sobre la realidad existente aun a sabiendas que no es la mejor posible ni la soñada en tiempos no muy lejanos. Aunque visto lo que acontece en el entorno podría ser mucho peor.

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La campana de Gauss y las lecciones de Francia

Sesenta días separan el inicio de las 'operaciones militares especiales' de Rusia en Ucrania y la segunda vuelta de las presidenciales francesas. En dos meses se ha puesto en peligro por dos veces, una por una agresión desde el exterior y otra por un desafío desde el interior, nuestro espacio político europeo y modelo de libertades. El primer golpe lo ha parado el pueblo ucraniano con un sacrificio enorme y al que sus dirigentes, empezando por su presidente, no han abandonado a pesar de las invitaciones a hacerlo que le habían hecho llegar las cancillerías europeas. El segundo intento lo han parado los demócratas franceses con su voto, en algún caso haciendo caso omiso de las ambigüedades irresponsables de algunos de sus dirigentes, demostrando que los electores son más sensatos que sus representantes.

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